Con su juego, Barcelona ganó la Champions League
Barcelona coronó (por triplicado) una temporada inolvidable, en el que no sólo fue el mejor equipo del año, sino que también desplegó el mejor fútbol en mucho tiempo. El equipo catalán le ganó a Manchester United, por 2 a 0, en Roma, la final de la Champions League más esperada en años.
Era el duelo soñado entre el campeón de España y el de Inglaterra, que además, era el defensor del título europeo. Los dirigidos por Josep Guardiola eran los más goleadores, con 30 goles en 12 partidos. Los de Ferguson, uno de los menos vencidos. El partido tuvo buenos momentos de los ingleses, pero Barcelona con su toque y desmarque fue superior y golpeó en los momentos indicados, con los goles de Lionel Messi y Samuel Eto´o.
En un comienzo nervioso, el que arrancó mejor fue Manchester, que salió a sorprender. Tuvo los primeros ataques de peligro pero a los 10 minutos apareció Andrés Iniesta. El héroe en Stamford Bridge construyó una pared con Messi y habilitó a Eto´o sobre la derecha. El camerunés con una gran amague plantó la marca de Nemanja Vidic, apuntó al primer palo y marcó el primer gol del partido. A partir de ese momento, comenzó el fútbol que hizo brillar al Barsa esta temporada: posesión de la pelota, con toque y desmarque, y el trío Messi-Iniesta-Xavi controlando la pelota en la mitad de la cancha.
En el segundo periodo, los Culés salieron a definir la final. Con una gran jugada de Henry –volvió de la lesión y participó poco-, una pelota que Messi no alcanzó por centímetros y un tiro al palo de Xavi casi lo alcanzan. Cuando los Reds salieron a buscar el empate con los ingresos de Carlos Tevez y Dimitar Berbatov, Barcelona liquidó el juego. Un hermoso pase gol de Xavi (no fue un centro) lo buscó a Messi, que con un gran salto y una definición, todavía más hermosa, de cabeza estiró la ventaja a los 24 minutos.
Manchester tuvo un par de ocasiones pero no llevó verdadero peligro al arco rival. En el resto de la disputa, Barcelona se dedicó a conservar la posesión, sin un juego tan espectacular como el de otras ocasiones pero respetando sus ideas. Fue el cierre perfecto para un año inolvidable, en especial, para aquellos que defienden esta manera de jugar del equipo de Guardiola, esta manera que hizo del fútbol el deporte más lindo del mundo.
La clave:
Barcelona fue el mejor equipo de la temporada, y el mejor que se recuerde en años. Los dirigidos por Josep Guardiola siempre se mostraron fieles a su juego, y eso los llevó a lograr la histórica triple corona.
Tuvo toque, desmarque, gambeta, hizo de la posesión de la pelota un culto, arrolló rivales y dio espectáculo. Todo eso y la magia de sus individualidades formaron un equipo que ya escribió una nueva página de los libros de fútbol.
Pablo Salaberry. Nota publicada en Deportada junio 2009.
Si existió el duelo, lo ganó Messi
Era el duelo que se promocionaba en la previa del partido. Los dos son diferentes; Cristiano Ronaldo es más amigo de las cámaras, de la fama y nunca dudó en declarar que merecía el balón de oro más que el argentino. Lionel Messi es más tímido, más humilde y nunca se sintió (ni se siente) el mejor del mundo. Sin embargo, en algo coincidieron: la final de la Champions no era un duelo Messi-Ronaldo sino un Barcelona-Manchester United. Pero si existió, el ganador fue Messi.
Como el equipo ingles, arrancó mejor el portugués. Tomó el protagonismo, recibió un par de faltas y probó cuatro veces al arco aunque se olvidó de sus compañeros. Con los minutos se apagó.
Tras unas primeras jugadas en las que no tocó la pelota, el argentino entró circulación y fue uno de los ejes del toqueteo con Iniesta y Xavi. Leo jugó como en el clásico contra Real Madrid, casi como enganche, con Henry y Eto´o por las bandas. A los 20 minutos casi anotó con un disparo potente, que pasó cerca del travesaño.
En el segundo tiempo, creció Messi, que a pesar de no tener una actuación espectacular fue una de las claves del engranaje del equipo de Guardiola. A los 24 minutos marcó el segundo gol. Definió con excelencia y de cabeza tras un pase-gol de Xavi y comenzó a sentenciar el encuentro.
Mientras, Ronaldo entró en una pelea con Carles Puyol, fue amonestado por pegarle sin la pelota en juego y la única posibilidad que tuvo en un mano a mano con Víctor Valdés, se la tapó el arquero.
Si hubo Duelo, fue para el argentino. Terminó como goleador de la copa (9 goles), se consolidó como el mejor jugador del mundo y quizás se haya asegurado el premio a balón de oro. Durante la temporada fue más que Ronaldo, que levantó en las últimas dos series de Champions pero no le alcanzó para eclipsar al crack de Barcelona, que tuvo el mejor año de su carrera.
Pablo Salaberry. Nota publicada en Deportada junio 2009.
La filosofía de Guardiola marcó un cambio
El arquitecto de esta obra magnífica obra que construyó Barcelona fue sin dudas Josep Guardiola. En su primera temporada como técnico, Pep logró la triple corona y llevó al equipo a un nivel y una filosofía de fútbol que no se veía hace tiempo. Tras el partido, fiel a su estilo, declaró: “El mérito es de los jugadores, soy muy afortunado”.
El DT construyó desde las ruinas un Barsa que había llegado a la semifinal de la Champions 2007/08 –perdió contra el mismo Manchester- pero estaba en crisis. Ronaldinho y Deco ya no rendían como antes, el modelo de Frank Rijkaard estaba agotado y las internas en el club jaqueaban la gestión de Joan Laporta.
Guardiola es alumno de la escuela holandesa y fue miembro del dream team dirigido por Cruyff. Ya como jugador era una leyenda de Barcelona, donde jugó la mayor parte de su carrera. “Pero si hoy Guardiola es la llave de nuestro éxito es gracias a Italia, porque cuando jugó en el Brescia aprendió mucho a nivel táctico de vuestro campeonato y así se han mezclado el gusto por el espectáculo de Cruyff por los resultados de los italianos”, dijo Laporta.
El entrenador mantuvo el 4-3-3 pero cambió la esencia del equipo. Barcelona siempre se mostró diferente esta temporada. Mostró toque, desmarque, gambeta, hizo de la posesión de la pelota un culto, arrolló rivales y dio espectáculo. Los mismos intérpretes de lujo que no habían brillado, comenzaron a hacerlo. Henry se asemejó al de Arsenal; Eto´o, que casi se marcha en junio, recuperó el gol; Messi se transformó en el mejor del mundo y el eje Xavi-Iniesta fue el cerebro del equipo. El resto del plantel también se contagió y todos se animaron a jugar.
Pep no se subió al exitismo, siempre privilegió el cómo y no el qué, nunca se atrevió a decir que ganarían la triple corona. Se transformó en uno de los seis entrenadores que también lograron la Champions como jugador. Supo manejar los conflictos del plantel y fue motor del cambio para que Barcelona llegara a la cima del fútbol.
Pablo Salaberry. Nota publicada en Deportada junio 2009.
Triple Corona
Fue una temporada redonda para Barcelona, que se convirtió en el primer equipo español que gana la triple corona (Liga, Copa del Rey y Champions League). Solo otros cuatro equipos tuvieron el privilegio de ganar la Champions y los dos torneos más importantes de su país: Celtic (1966-67), Ajax (1971-72), PSV Eindhoven (1987-88) y Manchester United (1998-99).
La temporada no arrancó bien para el Barsa: una derrota frente a Wisla, por Champions; y una caída y un empate, frente a Numancia y Racing respectivamente, pusieron un manto de duda sobre la gestión de Guardiola. Johan Cruyff, uno de los mejores jugadores de la historia y otro emblema del club, dijo sobre la derrota ante Racing: “El Barsa jugó el sábado su mejor partido en muchas temporadas”.
Con el buen fútbol también llegaron los resultados. El equipo comenzó a golear y terminó la primera ronda de la Liga primero, con 50 puntos (récord). Llegó a tener una ventaja de 12 puntos a su escolta, Real Madrid. Tras un bajón en febrero, el equipo de la capital recortó la distancia.
Y llegó la jornada del clásico, en el Bernabéu. Los catalanes llegaron a Madrid con una diferencia de cuatro puntos de su rival. Xavi, Messi, Henry y el resto de la orquesta dieron una exhibición de fútbol, le propinaron al Madrid una paliza histórica (6-2) y liquidaron la liga. Los dirigidos por Juande Ramos sufrieron el golpe y ya no pudieron reaccionar. En la Copa, los culés llegaron a la final con mayoría de suplentes y batieron a Athletic de Bilbao por 4 a 1. A esa altura sólo quedaba la final de Europa para completar el triplete.
Pablo Salaberry. Nota publicada en Deportada junio 2009.
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