Ser técnico en el fútbol argentino: una profesión a corto plazo

Ser técnico en el fútbol argentino: una profesión a corto plazo
Ya son 20 los entrenadores despedidos desde el comienzo de la temporada 2008-09. Resultados y culpables de este fenómeno.

Ser técnico en el fútbol argentino es una profesión a corto plazo. Hace sólo 10 meses, Burruchaga dirigía a Banfield; Russo, a San Lorenzo; Simeone, a River; Gorosito, a Argentinos y Sensini, a Estudiantes. Hoy, cambiaron de equipo. Desde aquella primera fecha del Apertura 2008 hasta hoy, sólo cinco técnicos se mantienen en su lugar y hubo 20 despidos o renuncias, más la extraña situación de Carlos Ischia al frente de Boca.
Es una de las costumbres del fútbol argentino: cuando surge una mala racha y los resultados no llegan, el DT es expulsado. Es una tendencia que año a año crece y provoca un mínimo 10 de cambios. Pero, ¿realmente es la solución la salida de un técnico? La respuesta quizás esté en algunos casos...
A pesar de que en las fechas posteriores a los vencimientos de Borghi y Santoro, Independiente ganó, el plantel nunca levantó cabeza y marcó una de las peores campañas de la historia del club de Avellaneda. River contrató a Gorosito, en enero, pero los jugadores mostraron la misma falta de jerarquía que los dejó en el último puesto del Apertura. Central es el caso más insólito: tuvo 4 entrenadores diferentes durante la temporada, y aún así, sigue en la pelea por no descender.
En los anteriores casos no se pudo enderazar el rumbo pero, si en otras ocasiones, no remediaran una situación conflictiva seguramente no serían moneda corriente. En Racing, tras la salida de Llop –perdió los tres primeros partidos del Clausura-, el equipo construyó una racha de cinco victorias, cuatro empates y una derrota para escaparle a la promoción. Oldrá renunció con Godoy Cruz último en la tabla de los promedios. Hoy, el equipo de Cocca no sólo es uno de los que mejor juega sino que no se encuentra ni siquiera en zona de promoción. En estudiantes, tras la renuncia de Astrada -1PG, 1PE y 3PP-, los de La Plata llegaron a octavos de final de la Copa Libertadores. Desde que asumió Sabella, junto al torneo local -5PG y 4PP-, acumulan 14 encuentros invictos.
Entre las causas, más que nunca se apunta al compromiso de los jugadores con su DT. Cuando la relación entrenador-plantel se desgasta comienzan a surgir los conflictos, conciente o inconscientemente baja el rendimiento de un equipo y se ventilan en público sus diferencias. Basta con recordar algunos ejemplos: las expulsiones insólitas de los jugadores de San Lorenzo, las declaraciones de los jugadores de Independiente sobre Santoro, la renuncia de Merlo tras las declaraciones de Equi González, la tensa relación entre Llop y sus dirigidos, y la pelea entre Astrada y Angeleri, que terminó con la renuncia del DT tras algunas semanas.
No sólo los jugadores son los responsables de la voraz trituradora de directores técnicos. Dirigentes e hinchas pierden la paciencia y aportan su parte para que la presión aumente. Incluso se llegó a un punto límite como el de Carlos Portell, que interrumpía el vestuario de Banfield para recriminarle a Burruchaga por sus planteos.
Ser técnico en el fútbol argentino es una profesión a corto plazo. Y quizá dentro de unos días más entrenadores lo sufran.

Un triste récord

Seguramente el caso de Alberto Pascutti en Almagro es un récord imposible de quebrar. El día que se hizo cargo del equipo del ascenso dirigió su primera práctica y a la salida del entrenamiento fue “apretado” por barras bravas. A las dos horas de asumir, renunció. Fue convencido por parte de la dirigencia de continuar e incluso el DT prometió trabajar gratis. Pero otra parte de la dirigencia del club comenzó a dificultarle su trabajo. Dirigió un partido contra Defensa y Justicia (0-0) y renunció, esa vez de manera indeclinable, a los seis días de la primera práctica. Mientras, Almagro está en posición de descenso.

Por Pablo Salaberry. Nota publicada en Deportada junio 2009.